Entre los departamentos de Atlántico, Córdoba, Sucre, Bolívar y Antioquia, en zonas cercanas al Caribe, se extienden centenares de volcanes de lodo, algunos de ellos, como el de Turbaco, descritos desde inicios del siglo XIX por el geógrafo y naturalista alemán Alexander von Humboldt y otros investigadores.
Estos volcanes son evidencia del diapirismo de lodo, un fenómeno generado por la intensa actividad bacteriana sobre lodos acumulados en fondos marinos donde entran grandes cantidades de sedimentos y de materia orgánica que queda sepultada en el subsuelo.
Debido a que este es un proceso que se ha dado a lo largo de cerca de 20 millones de años, la acumulación de sedimentos ejerce alta presión sobre la materia orgánica y genera su transformación parcial a gases, por lo que se dan abombamientos en la superficie y salida de lodos, agua y gas metano.
La amenaza por las manifestaciones de este tipo de volcanes se relacionan con el flujo de lodo hacia zonas de cultivos y viviendas, los agrietamientos del terreno y la eventual explosividad de los gases.
Hoy, 12 de noviembre, un grupo de expertos del Servicio Geológico Colombiano (SGC) estará en la zona afectada realizando los respectivos estudios, además, se están iniciando labores para implementar una red de monitoreo que permita ampliar el conocimiento sobre la actividad de algunos de los volcanes de lodo en el Caribe colombiano.